El 2024 será recordado como un año crucial para México, marcado por la elección de la primera mujer presidenta y un panorama económico lleno de contrastes. Mientras algunos celebran un cambio histórico, otros cuestionan las promesas no cumplidas de estabilidad económica.
El Producto Interno Bruto (PIB) creció 2.8%, impulsado por la recuperación del sector automotriz y la manufactura para exportación, según el INEGI. Sin embargo, la economía interna continúa débil, con un 55% de los trabajadores en la informalidad y empleos precarios que oscurecen las cifras oficiales de desempleo, estable en 3.2%.
En el ámbito financiero, la inflación cerró en 3.7%, mientras que el tipo de cambio se mantuvo alrededor de $18.50 MXN por dólar, respaldado por un superávit comercial y una inversión extranjera directa de $40,000 millones USD. Las remesas, vitales para millones de familias, superaron los $60,000 millones USD. No obstante, la deuda pública subió al 49.9% del PIB, un recordatorio de los retos fiscales.
De cara a 2025, las perspectivas son moderadamente optimistas. Organismos como el FMI y el Banco Mundial prevén un crecimiento de entre 2.7% y 3.1%, siempre condicionado a la estabilidad internacional y las reformas estructurales. A nivel político, la nueva presidenta ha demostrado habilidad en el manejo del Congreso, pero el camino para transformar el país está lleno de desafíos.
El 2024 nos deja con grandes preguntas: ¿serán suficientes las reformas para impulsar el desarrollo? ¿Podrá México diversificar su economía y fortalecer su mercado interno? Lo único seguro es que los mexicanos continuarán enfrentando las adversidades con su característica resiliencia.
Desde Grupo Platino Multimedia, les deseamos un 2025 lleno de oportunidades y progreso. ¡Que nunca falte la esperanza en un México mejor!
