El exmandatario brasileño fue acusado la semana pasada de apropiación indebida, lavado de dinero y asociación para delinquir.
La Policía Federal de Brasil asegura que el expresidente Jair Bolsonaro tenía conocimiento de la subasta para vender las lujosas joyas que le regaló la familia real de Arabia Saudita durante su mandato (2019-2022) y que el dinero obtenido fue a parar a sus bolsillos.
Tras una minuciosa investigación, la Policía acusó la semana pasada al exmandatario de apropiación indebida, lavado de dinero y asociación para delinquir.
En un informe presentado ante el Ministerio Público, y que recoge el portal G1, la corporación afirmó que unos mensajes entre Bolsonaro y Mauro Cid—su entonces asistente, cuyo testimonio ha sido clave en el caso— confirman que el expresidente dio el visto bueno a la subasta de joyas.
Asimismo, las autoridades detallaron que “los montos obtenidos de estas ventas fueron convertidos en efectivo e ingresados al patrimonio personal del expresidente de la República, a través de intermediarios y sin utilizar el sistema bancario formal, con el objetivo de ocultar el origen, ubicación y propiedad de los valores”.
Bolsonaro en EE.UU.
Bolsonaro y su familia viajaron a EE.UU. a finales de diciembre, lo que permitió al ultraderechista no participar en la ceremonia de investidura de Luiz Inácio Lula da Silva. El exmandatario permaneció en ese país hasta marzo de 2023.
La Policía cree que las ganancias de la venta ilícita de las joyas se utilizaron para cubrir los gastos de Bolsonaro y su familia en EE.UU. Las investigaciones demostraron que, mientras estuvo en esa nación, el expresidente no operó con sus cuentas corrientes.
“El uso de efectivo para pagar los gastos cotidianos es una de las formas más comunes de reintegrar el ‘dinero sucio’ a la economía formal, con apariencia legal”, subrayó el cuerpo policial.
En una nota enviada a la prensa, los abogados de Bolsonaro alegaron que los “obsequios ofrecidos a Presidencia siguen un estricto protocolo de tratamiento y catalogación sobre el que el jefe del Ejecutivo no tiene injerencia”, y que el exmandatario “en ningún momento pretendió enriquecerse o quedarse con los bienes considerados públicos”.