Las autoridades han revelado que grupos criminales que operan en las ciudades a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos presuntamente han establecido redes de videovigilancia para monitorear los movimientos de las fuerzas policiales y supervisar el trasiego de drogas. Estas redes han sido descubiertas y desmanteladas en ciudades fronterizas como Mexicali, Tecate y Tijuana, en Baja California; San Luis Río Colorado, en Sonora; y Matamoros y Reynosa, en Tamaulipas.
Estos territorios son considerados estratégicos para los cárteles de la droga, ya que están situados a pocos metros de la frontera estadounidense, el mercado más lucrativo para estas organizaciones. Según Javier Oliva, profesor e investigador especializado en seguridad nacional de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), estas redes podrían facilitar el tráfico de drogas, especialmente fentanilo, que es la sustancia que genera mayores ganancias para los grupos criminales.
El Cartel de Sinaloa es identificado como el grupo criminal predominante en Baja California y Sonora, siendo acusado por el Departamento de Justicia de ser uno de los principales responsables del tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos. En Tamaulipas, donde se han encontrado numerosas cámaras de vigilancia, células del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) también controlan el tráfico de drogas en la región.
La fiscal estatal de Baja California, María Elena Andrade, indicó que se han detectado “cientos” de cámaras de videovigilancia que se cree podrían haber sido instaladas por grupos criminales. En una reciente rueda de prensa, Andrade solicitó la colaboración de la ciudadanía y de las fuerzas policiales para reportar la instalación de estas cámaras, señalando que su colocación requiere equipo y presencia física.
En San Luis Río Colorado, el Ejército mexicano y las autoridades estatales han derribado 24 cámaras que se encontraban en diferentes puntos de la ciudad, colindante con el estado de Arizona. Estas cámaras habían sido instaladas en postes de energía eléctrica y alumbrado público, como parte de las investigaciones sobre el “halconeo”, término que se refiere a la vigilancia realizada por miembros de grupos criminales.
En Tamaulipas, las autoridades han llevado a cabo operativos para desmantelar sistemas de espionaje instalados en Matamoros y Reynosa, con el fin de garantizar la seguridad en la región. Por ejemplo, en 2019, el gobierno estatal reportó el derribo de 60 cámaras ubicadas en postes de luz y otras áreas estratégicas.
Oliva subrayó que la instalación de estas cámaras refleja la impunidad con la que operan los cárteles de la droga en México, sugiriendo que su actividad puede ser posible gracias a la complicidad o al miedo de las autoridades locales. Este fenómeno pone de relieve los desafíos que enfrenta el país en su lucha contra el crimen organizado y la corrupción en las fuerzas de seguridad.