Petróleos Mexicanos (Pemex) registró pérdidas por 13 mil 672 millones de dólares durante el primer semestre de 2024, a pesar de haber recibido una inyección de 952 mil millones de pesos (aproximadamente 49.224 millones de dólares) por parte de la Secretaría de Hacienda. Este panorama evidencia la profunda crisis financiera que atraviesa la petrolera estatal, que enfrenta una deuda de aproximadamente 100 mil millones de dólares.
El economista Gerardo Esquivel, exsubgobernador del Banco de México (Banxico), destacó en su análisis publicado en Milenio que Pemex vive una encrucijada entre su viabilidad financiera y una visión ideológica sobre su pasado como pilar del desarrollo económico del país. Esquivel subrayó que, aunque Pemex fue un emblema del auge petrolero mexicano, hoy el país ya no es ni será lo que alguna vez fue en términos de producción petrolera.
Además, Esquivel señaló que la actual crisis de la empresa no es solo resultado del agotamiento de los grandes yacimientos, sino también de una gestión deficiente en administraciones anteriores, particularmente durante el sexenio de Enrique Peña Nieto. Según el economista, bajo la gestión de Peña Nieto, la deuda de Pemex aumentó en aproximadamente 50 mil millones de dólares, representando la mitad del pasivo total actual. Durante ese periodo, la producción de crudo cayó de 2.5 millones de barriles diarios en 2012 a 1.8 millones en 2018, afectada por la falta de inversión en exploración y producción.
En el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, se ha logrado frenar parcialmente la caída en la producción petrolera, y con el apoyo de Hacienda, la deuda de Pemex se ha reducido de 106 mil millones a 100 mil millones de dólares. Sin embargo, Esquivel advirtió que el 40% de esos pasivos deberán ser pagados durante la presente administración.
Finalmente, el economista mencionó que Pemex ya no será la palanca del desarrollo nacional que fue en décadas anteriores y que su rol en el futuro deberá enfocarse en la transición energética.
