Un total de 3.7 millones de personas de 70 municipios ubicados en Puebla, Tlaxcala y el Estado de México son afectadas por la grave contaminación del río Atoyac, uno de los principales afluentes del centro de México. Este río es considerado el más contaminado por sustancias químicas y orgánicas en la región.
La Secretaría de Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial (SMADSOT) presentó esta cifra durante una reunión en Puebla el pasado 6 de noviembre, donde se dio a conocer el Plan de Restauración del Alto Atoyac, proyecto impulsado por la presidenta Claudia Sheinbaum. La subcuenca del río abarca 4,021 kilómetros cuadrados, convirtiéndola en una de las áreas más afectadas por actividades humanas e industriales.
El río Atoyac nace en las partes altas de la Sierra Nevada y fluye en dirección noroeste a sureste, atravesando varios municipios antes de llegar al embalse de Valsequillo, al suroeste de la ciudad de Puebla. A lo largo de su recorrido, recoge aguas de diversos afluentes, como el río Zahuapan. Sin embargo, la calidad del agua comienza a deteriorarse desde su paso por el municipio de Tlahuapan, donde las descargas de aguas residuales provenientes de actividades domésticas e industriales afectan gravemente al cauce.
En el municipio de San Martín Texmelucan, la situación empeora debido a las descargas provenientes de empresas, la refinería de Pemex y las actividades agrícolas intensivas. Además, en Tlaxcala, las lavanderías de mezclilla vierten aguas residuales no tratadas, lo que incrementa la toxicidad del río con productos como blanqueadores clorados y hidróxido de sodio.
Según un estudio realizado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en 2011, la calidad del agua de los ríos Atoyac y Zahuapan se ha visto alterada debido a las descargas de aguas residuales industriales y domésticas. El informe indicó que se vertían 59.22 toneladas al día de materia orgánica, 25.83 toneladas de sólidos suspendidos y 15.54 toneladas de nutrientes, entre otras contaminantes.
A pesar de los esfuerzos previos para mitigar la contaminación, la situación ha empeorado. Organizaciones como “Dale la Cara al Atoyac” señalan que las industrias más contaminantes incluyen embotelladoras, textileras y metalúrgicas en el corredor industrial Quetzalcóatl.
En la reciente reunión, Andrés Galván Torres, director del Organismo de Cuenca Balsas de Conagua, destacó la necesidad de implementar innovaciones tecnológicas, financiamiento sostenible y un marco legal para garantizar la adaptación y el monitoreo constante del río. Galván subrayó que el éxito de las acciones dependerá de la colaboración entre autoridades locales, comunidades y los sectores federal y estatal.
La contaminación del río Atoyac no solo afecta la calidad de vida de los habitantes de la región, sino que también tiene un impacto negativo en los ecosistemas locales. El objetivo del Plan de Restauración es mitigar los efectos de la contaminación y recuperar el equilibrio ecológico del río, protegiendo tanto la salud pública como el medio ambiente.