Este sábado, el Consejo Estatal de Morena en Puebla renovará su dirigencia, marcando un momento crucial para el partido en la entidad. El nuevo liderazgo asumirá la tarea de consolidar la fuerza política que ha llevado a Morena a dominar en el estado, pero también enfrentará desafíos internos, como la necesidad de resolver una creciente crisis de identidad y cohesionar a sus diversos grupos políticos.
De acuerdo con analistas, Morena ha logrado transformar el panorama político en Puebla, tradicionalmente conservador, en un bastión de la llamada Cuarta Transformación. Sin embargo, el partido enfrenta el reto de fortalecer su organización interna para mantener su base de apoyo y evitar fracturas derivadas de la inclusión de figuras provenientes de otras fuerzas políticas, quienes, en ocasiones, han carecido de afinidad con los principios del partido.
Roberto Alonso Muñoz, académico de la Universidad Iberoamericana Puebla, advirtió sobre los riesgos de seguir priorizando una estrategia electoral sin revisar su estructura interna. La nueva dirigencia deberá encontrar un equilibrio entre consolidar el apoyo de las bases morenistas y mantener una relación cercana pero no subordinada al gobernador electo, Alejandro Armenta Mier.
Entre los nombres que suenan para ocupar la dirigencia destaca el del diputado local Pavel Gaspar, quien, según militantes, podría cumplir con los requisitos necesarios para liderar el partido. Sin embargo, algunos cuestionan si sería conveniente utilizar a una figura clave en un cargo de corto plazo, ya que la nueva dirigencia solo cubrirá el periodo restante de la gestión anterior.
La renovación de Morena no solo será un ejercicio de liderazgo, sino también una oportunidad para demostrar que el partido puede mantener su esencia ideológica y adaptarse a los retos del futuro. Los analistas coinciden: si Morena logra vincularse nuevamente con las luchas sociales y reorganizarse internamente, puede aspirar a un nuevo triunfo en 2027; de lo contrario, corre el riesgo de repetir los errores de otras fuerzas políticas de izquierda que perdieron su rumbo.