El 29 de octubre de 2024, España enfrentó una de las mayores catástrofes climáticas recientes, cuando una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) golpeó la región de Valencia y otras zonas del este del país. El saldo hasta ahora supera los 220 fallecidos, y casi una veintena de personas siguen desaparecidas.
El fenómeno, conocido también como “gota fría” en el pasado, provocó intensas lluvias y devastadoras inundaciones, afectando gravemente a Valencia, que aún lucha por recuperarse. Solo dos semanas después, el 14 de noviembre, otra DANA volvió a activar alertas en cinco regiones españolas, con Valencia en máxima alerta por precipitaciones extremas.
Una DANA es una circulación ciclónica que se separa de la corriente principal en niveles altos de la atmósfera, caracterizada por un núcleo de aire frío. Este contraste térmico genera condiciones propicias para lluvias intensas, especialmente si la DANA interactúa con suficiente humedad y temperaturas cálidas en superficie.
Aunque son fenómenos bien conocidos en España, su impacto varía: no todas las DANAs generan desastres como el ocurrido en Valencia. A lo largo del siglo XX, el país ya había enfrentado tragedias similares, como la inundación de 1957, también en Valencia, que dejó la ciudad bajo hasta cinco metros de agua.
En México, las DANAs suelen manifestarse en el noroeste y norte del país durante otoño, invierno y primavera. Sin embargo, su impacto es distinto al de España, ya que tienden a provocar lluvias moderadas o nevadas en zonas altas, especialmente en regiones áridas.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) las denomina “vórtices de núcleo frío” y su pronóstico es limitado a unos días, lo que desmiente informes alarmistas que sugieren la llegada de estos fenómenos con semanas de antelación.
La devastación en Valencia subraya la necesidad de prepararse ante eventos meteorológicos extremos. Aunque el término DANA no es nuevo, su alcance y peligrosidad deben ser comprendidos para mitigar riesgos en zonas vulnerables. En México, es vital recurrir a fuentes oficiales y expertos para mantenerse informado y prevenir desastres similares.
La tragedia en España es un recordatorio de los desafíos que plantea el cambio climático y la importancia de reforzar las medidas de adaptación y prevención.