El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos marca un nuevo capítulo en la agenda bilateral, con la propiedad intelectual (PI) como tema central. Para México, este enfoque representa tanto una oportunidad como un desafío en un contexto de tensiones comerciales y compromisos internacionales derivados del T-MEC.
Trump ha prometido reforzar la protección de la PI, destacando el robo intelectual como una de sus prioridades. Si bien el foco principal de sus señalamientos ha sido China, México no está exento. Productos falsificados, principalmente de origen chino, ingresan a territorio estadounidense a través de México, lo que podría escalar tensiones si no se implementan medidas contundentes.
En el marco del Capítulo XX del T-MEC, México ha mostrado avances, como operativos recientes contra la piratería y la coordinación entre instituciones como el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) y la Cofepris. No obstante, desafíos significativos persisten, como la publicación pendiente del Reglamento de la Ley Federal de Protección a la Propiedad Industrial y el fortalecimiento del Indautor.
La postura firme de Trump, sumada a la posibilidad de sanciones o aranceles, obliga a México a actuar con rapidez. Además de proteger su relación comercial, un sistema robusto de PI fomentaría la innovación y atraerá inversiones.
Este momento crítico requiere medidas efectivas: fortalecer la coordinación interinstitucional, invertir en tecnología de monitoreo y sensibilizar al consumidor sobre los riesgos de la piratería. Con un liderazgo comprometido y un enfoque estratégico, México tiene la oportunidad de posicionarse como líder regional en propiedad intelectual, consolidando su competitividad global y evitando conflictos comerciales con su principal socio.