Tren Maya: balance del primer año entre retos y potencial transformador

Desde sus inicios, el Tren Maya fue concebido como un proyecto estratégico para impulsar el desarrollo económico y social en los estados del sureste mexicano: Quintana Roo, Campeche, Yucatán, Tabasco y Chiapas. Durante la inauguración del tramo sur entre Escárcega y Chetumal, la presidenta Claudia Sheinbaum lo calificó como un símbolo del “nuevo México” y destacó la fortaleza del pueblo para llevarlo adelante. Sin embargo, las cifras iniciales revelan desafíos significativos para cumplir con sus metas.

Cifras del primer año

El proyecto tenía como objetivo movilizar a tres millones de pasajeros en su primer año de operación, pero los datos oficiales muestran un logro del 20% de la meta:

  • Pasajeros totales: 603,182.
  • Turistas extranjeros: 33,547.
  • Turistas nacionales: 281,593.
  • Usuarios locales: 167,901.
  • Grupos prioritarios: 120,141 (adultos mayores, estudiantes y personas con discapacidad).

A este bajo desempeño se suma el incremento en el costo de construcción, que pasó de 140 mil millones de pesos a más de 500 mil millones, lo que ha generado críticas en diversos sectores.

Retos señalados por los usuarios

Entre los problemas más recurrentes destacan la falta de conectividad y la infraestructura incompleta:

  • Conectividad: Las estaciones están alejadas de aeropuertos y ciudades principales, lo que encarece el transporte.
  • Infraestructura: Terminales carecen de espacios adecuados para descanso, comida o resguardo del clima, afectando la experiencia de los usuarios.

Un usuario en Cancún comentó: “Los taxis son carísimos y no hay transporte directo”, mientras que otros señalaron la urgencia de mejorar las terminales para fomentar su uso.

Perspectivas y planes futuros

A pesar de las dificultades, las autoridades consideran el primer año como una etapa de aprendizaje. Bernardo Cueto Riestra, secretario de Turismo de Quintana Roo, destacó que se están implementando estrategias para optimizar el proyecto, incluyendo:

  • Conexión con aeropuertos y destinos clave.
  • Creación de rutas turísticas complementarias en las estaciones.
  • Experiencias culturales y naturales en zonas arqueológicas y reservas ecológicas.

“Queremos que el Tren Maya sea mucho más que un medio de transporte; buscamos convertirlo en una experiencia turística integral”, afirmó.

Aunque el Tren Maya enfrenta retos importantes en infraestructura y conectividad, su potencial para detonar el turismo y el desarrollo económico regional sigue siendo prometedor. La clave radica en la colaboración entre autoridades, operadores y prestadores de servicios para consolidar este ambicioso proyecto como un verdadero motor de transformación para el sureste mexicano.

También te puede gustar