La relación entre México y Estados Unidos enfrenta un nuevo reto tras el decreto firmado por el expresidente estadounidense Donald Trump, que designa a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas. Desde Palacio Nacional, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, subrayó la soberanía del país y llamó a la calma frente a lo que calificó como decisiones unilaterales.
El decreto, según Trump, responde al impacto de estas organizaciones en la seguridad nacional de Estados Unidos, acusándolas de inundar su territorio con drogas y violencia. El secretario de Estado, Marco Rubio, tendrá 14 días para presentar un plan formal que respalde esta designación. Entre las posibles implicaciones se encuentra la autorización de acciones directas contra los cárteles en territorio mexicano, una propuesta que ha encendido las alarmas en ambos países.
En su conferencia matutina, Sheinbaum reafirmó que México está dispuesto a colaborar en temas de seguridad, pero siempre bajo los principios de respeto mutuo y soberanía. “Nosotros defendemos nuestra independencia como nación y actuaremos en consecuencia”, declaró.
Esta medida se suma a una serie de tensiones históricas entre ambos países, marcadas por políticas migratorias estrictas, militarización fronteriza y declaraciones polémicas de Trump en el pasado. La designación de los cárteles como terroristas podría complicar aún más la cooperación en seguridad y migración.
Expertos y foros internacionales han expresado su preocupación, advirtiendo que la estrategia podría incrementar la violencia en la región y deteriorar las relaciones bilaterales. Mientras tanto, Sheinbaum insiste en mantener una postura firme y priorizar el diálogo para resolver las diferencias, dejando claro que México no cederá ante presiones externas.