Esta tarde aterrizaron en la Base de Biggs, ubicada en Fort Bliss, El Paso, Texas, tres aeronaves militares con tropas destinadas a fortalecer la seguridad en la frontera sur de Estados Unidos. Aunque el número exacto de soldados no ha sido confirmado, se indicó que forman parte de los 1,500 efectivos anunciados previamente por el presidente Donald Trump para tareas de vigilancia fronteriza.
Los recién llegados se sumarán a los más de 2,000 efectivos destacados actualmente en Fort Bliss bajo la Fuerza de Tarea Norte, que realiza labores de logística, inteligencia y construcción. Por ahora, las tropas permanecerán en la base a la espera de instrucciones antes de ser desplegadas a lo largo de la frontera en los próximos días. No se han precisado las acciones específicas que llevarán a cabo ni su posible participación en redadas contra migrantes, ordenadas por el gobierno estadounidense.
Preparativos en Ciudad Juárez
En paralelo, las autoridades mexicanas trabajan para habilitar tres carpas en el albergue temporal ubicado en la explanada de El Punto, Ciudad Juárez, con capacidad para recibir a 2,500 connacionales deportados. Este esfuerzo responde al incremento en las deportaciones realizadas por la Patrulla Fronteriza y las autoridades norteamericanas en la frontera Juárez-El Paso.
En solo cuatro días, más de 200 migrantes, en su mayoría mexicanos, han sido deportados a Ciudad Juárez tras ser detenidos en diversos puntos de Estados Unidos. Las autoridades locales esperan que el albergue esté listo para el fin de semana, en medio de esta compleja situación migratoria.
Esta movilización de tropas y el incremento en las deportaciones reflejan un escenario tenso en la región fronteriza, que enfrenta nuevos retos en materia de migración y seguridad.
