Tras 24 años de espera, México ha actualizado las normas para regular los límites máximos de contaminantes en las descargas de aguas residuales. La Norma Oficial Mexicana de 1997 fue sustituida por la versión de 2021, y las plantas de tratamiento en el país tienen hasta seis años para adecuarse antes de enfrentar sanciones. Aunque la medida llega en respuesta a los crecientes niveles de contaminación en los cuerpos de agua, representa una oportunidad para el saneamiento del río Atoyac en Puebla.
Desde el año pasado, Agua de Puebla para Todos y el Sistema Operador de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado de Puebla (SOAPAP) han invertido 2 mil 872 millones de pesos en un plan integral de mejora y ampliación de infraestructura. Entre las iniciativas destaca la construcción de la planta de tratamiento Las Carmelitas, con una inversión de 77.30 millones de pesos, la cual garantizará el cumplimiento de las nuevas normas en el proceso de saneamiento de las descargas hacia el Atoyac. Daniel Lugardo González, director de Calidad de Agua de Puebla para Todos, detalló que el proyecto no solo contempla el reuso de agua residual, sino también la optimización del servicio de agua potable mediante el desarrollo de nueva infraestructura y el mantenimiento de la existente.
La planta Las Carmelitas tiene un avance superior al 90% y se prevé que inicie operaciones antes de fin de año. Paralelamente, Acuapue, empresa encargada de tratar las aguas de los parques industriales Puebla y Chachapa, destinará 58 millones de pesos para mejorar su infraestructura y adaptarse a la nueva normativa. Isaac Lemus Dávila, gerente de operaciones de Acuapue, indicó que las mejoras tecnológicas permitirán eliminar sólidos y mejorar la calidad del agua tratada, en cumplimiento con la norma Nom-001-Semarnat-2021.
Según Francisco Javier Sánchez Ruiz, especialista de la UPAEP, la implementación de estas normativas podría reducir hasta en un 20% los contaminantes en el río Atoyac y el arroyo Alseseca, evitando así que el daño ambiental continúe agravándose. Por su parte, Verónica Mastretta, fundadora de la organización ambientalista Dale la Cara al Atoyac, considera que Puebla se encuentra en un momento crucial para dar inicio al saneamiento del río, subrayando que la voluntad política y la inversión de entidades responsables pueden marcar un cambio significativo.
Para Mastretta, el esfuerzo colectivo es vital: “Salvar el Atoyac es posible si todos trabajamos juntos; no es solo responsabilidad de autoridades y empresas, cada poblano puede contribuir”, expresó.