El Sevilla vive su momento más crítico de la temporada. Las tres derrotas consecutivas, la alarmante caída de rendimiento en casa y una afición cada vez más impaciente tienen al club hispalense al borde del colapso. El Ramón Sánchez-Pizjuán no solo fue escenario de fútbol ante el Atlético de Madrid, también de protesta. La tensión es evidente.
Xavier García Pimienta es el principal señalado. El técnico catalán, que llegó con buenas ideas, no logra sostener al equipo durante los partidos. Su gestión desde el banquillo ha sido muy cuestionada y los números lo condenan: 9 victorias, 9 empates y 12 derrotas en 30 partidos lo convierten en el entrenador con peor porcentaje de victorias del club en Primera División.
Como local, el Sevilla solo ha ganado cinco partidos en toda la temporada, y las comparaciones con la desastrosa campaña pasada empiezan a sonar fuerte. A falta de ocho fechas, el equipo está más cerca del descenso que de Europa. Si el Leganés vence esta noche, los andaluces caerán peligrosamente en la tabla.
En el último partido, el planteamiento inicial funcionó durante la primera mitad: presión del Atlético, salida en largo y Akor Adams como referencia ofensiva. Pero todo se desmoronó tras el descanso. Falta de físico, errores puntuales y una segunda parte sin alma terminaron en otra derrota.
La afición, cansada de ver repetir los mismos errores semana tras semana, alzó la voz. Nervión está en alerta. La cuerda está tensa… y podría romperse en cualquier momento.
