En semanas recientes, se han recrudecido los ataques violentos a bares y centros nocturnos en México, desde Querétaro hasta Tabasco. Según analistas, estas agresiones están vinculadas a disputas entre cárteles por el control de la venta de drogas y la extorsión a estos establecimientos, mientras buscan enviar un “mensaje” a las autoridades locales sobre su dominio.
Uno de los incidentes más recientes ocurrió en Villahermosa, Tabasco, donde un ataque armado dejó seis muertos y diez heridos. Según la Fiscalía local, el enfrentamiento está relacionado con la pugna entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el grupo criminal conocido como La Barredora. Hasta ahora, no se han realizado detenciones por este caso.
En Querétaro, una masacre en el bar Los Cantaritos el 10 de noviembre dejó un saldo de diez fallecidos y trece heridos. Autoridades indicaron que el ataque tenía como objetivo a un presunto líder del CJNG. En el Estado de México, un ataque en el bar Bling Bling resultó en seis muertos y cinco heridos. Aunque se logró la detención de un líder criminal conocido como “El Buchanas” y varios presuntos involucrados, la mayoría fue liberada por errores en las investigaciones.
Javier Oliva, experto en seguridad nacional de la UNAM, señaló que estos actos reflejan la impunidad con la que opera el crimen organizado en el país. Los bares, al ser objetivos vulnerables por operar muchas veces en condiciones irregulares, son víctimas de extorsión y violencia. Oliva destacó la necesidad de reforzar la prevención del delito y evitar que estas agresiones continúen escalando.
La violencia en estos establecimientos, que ahora incluye zonas antes consideradas seguras como Querétaro, evidencia la urgencia de fortalecer la seguridad y combatir la extorsión en México.
