La crisis de vivienda en Estados Unidos, agudizada durante la pandemia por el aumento en la demanda de espacios amplios, ha elevado los precios a niveles cercanos a máximos históricos, afectando tanto la compra como el alquiler. En este contexto, la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump ofrecen propuestas contrastantes para abordar el problema.
Propuesta de Kamala Harris: Harris presentó un plan que incluye apoyo financiero de hasta $25,000 para el pago inicial y un crédito fiscal de $10,000 destinado a compradores de primera vivienda. Además, busca asociarse con el sector privado para construir tres millones de unidades de vivienda, incentivando por primera vez a los constructores a desarrollar propiedades asequibles para nuevos compradores. Su plan también contempla medidas para reducir los costos del alquiler, aunque estas dependen de la aprobación del Congreso, lo que podría dificultar su implementación.
Propuesta de Donald Trump: Aunque Trump no ha revelado un plan específico sobre vivienda, ha relacionado el tema con la inmigración, señalando que los inmigrantes indocumentados contribuyen al aumento de los costos. Propone restringirles el acceso a hipotecas como parte de sus políticas migratorias. También ha prometido disminuir las tasas de interés hipotecarias al 3% o menos, argumentando que esto reduciría los costos para los compradores. Sin embargo, las tasas de interés están influenciadas principalmente por el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años, algo que no depende directamente de la presidencia.
Ambos, Harris y Trump, coinciden en reutilizar terrenos federales para desarrollar viviendas asequibles, aunque sus enfoques generales y soluciones presentan marcadas diferencias en cuanto a accesibilidad y enfoque gubernamental.