Llegar a la NFL es un sueño que para muchos parece inalcanzable, pero para el coach mexicano Diego Ortíz, los límites son solo retos por superar. Con una filosofía clara: “Si tus sueños no te asustan, no son lo suficientemente grandes”, el capitalino dejó a su familia y su país para perseguir su pasión por el futbol americano y alcanzar la élite deportiva.
Siete años después de iniciar su travesía, Diego Ortíz ha hecho historia como el primer entrenador nacido en México que forma parte del cuerpo técnico de la NFL. Esta temporada, Ortíz se desempeña como asistente del coach de corredores en los Indianápolis Colts, donde ha contribuido al éxito de Jonathan Taylor, quien ha tenido una de las mejores campañas de su carrera.
El camino de Diego comenzó en el Club Gamos, al sur de la Ciudad de México, donde entrenaba a categorías infantiles con talento excepcional. “Intentaba inculcar valores más allá del juego, como el trabajo duro y la lucha por los sueños. Luego me di cuenta de que debía aplicarlo a mí mismo”, compartió Ortíz en una entrevista con RÉCORD.
Decidido a crecer, se mudó a Estados Unidos para cursar una maestría en Ciencias y Administración del Deporte en la Universidad de Texas Tech, atraído por el prestigio de su programa y del entonces entrenador en jefe Kliff Kingsbury. A través de esfuerzo constante, Diego comenzó como becario, realizando tareas desde cortar etiquetas hasta analizar videos, demostrando en cada paso su compromiso y dedicación.
En 2023, Ortíz fue aceptado en el programa de diversidad Bill Walsh con los Colts durante su campamento de entrenamiento, donde su trabajo lo llevó a asegurar un puesto en el cuerpo técnico para la temporada 2024. “La NFL es un sueño tan surreal en México que parece inalcanzable, pero ahora estoy aquí para demostrar que personas de otros países también pueden triunfar”, afirmó.
Diego Ortíz, con humildad y determinación, se ha convertido en un ejemplo de superación para entrenadores y jóvenes mexicanos que comparten su pasión. “Atrévanse a tomarse en serio sus sueños. No tengan miedo de apuntar alto; apunten a las estrellas. Si sus sueños no los espantan, no son lo suficientemente grandes”, concluyó.