México enfrentó un 2024 difícil en términos de creación de empleo formal, con un crecimiento de apenas 1.0%, según los datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Este es el desempeño más bajo desde 2020 y uno de los más bajos en un año sin crisis económica desde 2003, lo que refleja la desaceleración económica que ha afectado tanto al mercado laboral como a la confianza empresarial.
En cifras concretas, se generaron 213,993 empleos formales durante el año, una caída del 67% en comparación con 2013. Al cierre del año, el número de trabajadores registrados en el IMSS alcanzó los 22.2 millones, de los cuales el 87% eran empleados permanentes y el 13% eventuales. Sin embargo, diciembre de 2024 registró una pérdida récord de 405,259 empleos, superando ampliamente el promedio histórico de 287,620 bajas en ese mes.
En cuanto a las expectativas, el consenso de los analistas proyectaba una generación de 355,000 empleos, mientras que las estimaciones del Banco de México (Banxico) eran más optimistas, con un rango entre 410,000 y 550,000 nuevos empleos. Las causas de este bajo desempeño incluyen una desaceleración económica generalizada, la cautela de las empresas frente a la incertidumbre política derivada de las elecciones en México y Estados Unidos, así como la pausa en las inversiones privadas.
Con las expectativas de un crecimiento del empleo formal de solo 0.8% para 2025, se proyecta una generación acumulada de aproximadamente 365,000 empleos, con 300,000 de estos previstos para el primer trimestre. A pesar de ello, se anticipa un aumento en la tasa de desempleo debido a una mayor holgura en el mercado laboral.
Para contrarrestar los retos laborales, se proponen varias iniciativas, como una política industrial que impulse sectores estratégicos, un incremento en la inversión pública y privada, una mayor diversificación económica y esfuerzos enfocados en la capacitación de la fuerza laboral para enfrentar las demandas del mercado.