El pasado sábado, miembros de la ONG Unidad de Rescate y Salvamento con Perros (URESAP) trabajaron intensamente en el centro comercial Bonaire, en Aldaia, Valencia, para localizar posibles víctimas de las recientes riadas. La inundación del estacionamiento subterráneo del centro, que abarca 2,000 metros cuadrados y acumuló cerca de dos millones de litros de agua, ha generado temores de múltiples pérdidas humanas.
El temporal que golpeó el sureste de España ha causado al menos 212 muertes confirmadas, aunque las autoridades temen que el número aumente, dada la cantidad de personas aún desaparecidas. Los rescatistas, incluidos bomberos forestales como Francisco Javier Andrés, siguen enfrentando duras condiciones mientras buscan en sótanos y garajes anegados, y recorren áreas rurales para verificar que no haya personas atrapadas, especialmente aquellas con movilidad reducida.
Los rescatistas de URESAP, acompañados por perros adiestrados como Bolo, Roco y Shiva, trabajan meticulosamente, inspeccionando vehículos arrastrados por la corriente y casas en las zonas más afectadas. En colaboración con autoridades locales y voluntarios, su labor se enfoca en reducir la incertidumbre de las familias afectadas, ayudando a esclarecer el número real de víctimas. Según uno de los voluntarios, cada cuerpo recuperado permite a las familias iniciar su proceso de duelo.
Los residentes de pueblos como Catarroja expresan su gratitud a estos equipos, reconociendo su invaluable apoyo. Mientras tanto, la región sigue bajo alerta roja por nuevas lluvias, lo que complica el avance de las labores de rescate. La ONG y otros grupos de voluntarios continúan con su misión, conscientes de que el tiempo es crucial para hallar posibles sobrevivientes y reducir el dolor de los familiares.