Organizaciones civiles y defensores de derechos humanos en la frontera sur de México han advertido sobre un notable incremento de migrantes provenientes de Rusia, Ucrania, África, Medio Oriente y Asia, reflejo de las tensiones políticas y conflictos bélicos que afectan a esas regiones.
Datos de la Unidad de Política Migratoria del Gobierno muestran que la migración irregular de Asia creció un 78.42 % entre enero y agosto de 2024, con 45,624 personas frente a 25,571 en el mismo periodo de 2023. La migración desde África aumentó un 57.23 %, alcanzando 43,332 personas. Además, se detectaron 335 migrantes irregulares de Rusia, un aumento del 64.22 % interanual.
En Tapachula, la ciudad más grande de la frontera sur, activistas como Yamel Athie, de la organización Yo Te Quiero Tapachula, reportan la llegada de familias numerosas, hombres solos y jóvenes que huyen de persecuciones políticas. Athie señala que la saturación migratoria y los conflictos globales podrían empeorar la ya crítica situación en la región, donde miles de personas buscan acceder a trámites de asilo mediante la aplicación CBP One de Estados Unidos.
En total, México registró un récord de 925,085 migrantes irregulares de enero a agosto de 2024, un incremento del 131.86 % comparado con el mismo periodo del año anterior.
Tapachula se ha convertido en un punto de convergencia internacional. Según Miguel Reyes del Pino, gerente de un hotel en la zona, ahora es común ver personas de Japón, Sudáfrica, Emiratos Árabes, Ucrania y Palestina, muchas de ellas desplazadas por conflictos como los de Ucrania, Gaza y Afganistán.
La situación refleja la creciente presión migratoria y humanitaria en México, alimentada por la inestabilidad global, y plantea desafíos para las autoridades y la sociedad civil en términos de asistencia y gestión del fenómeno migratorio.