El huracán Rafael, que la semana pasada impactó a Cuba como una poderosa tormenta de categoría 3, se debilitó el domingo hasta convertirse en un sistema de baja presión en el Golfo de México. De acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC), con sede en Miami, el sistema postropical se localizaba aproximadamente a 560 kilómetros al norte-noroeste de Progreso, México, con vientos sostenidos de hasta 55 km/h. Rafael, desplazándose hacia el este a 6 km/h, se espera que cambie su trayectoria hacia el sur en dirección al sur de México, mientras continúa perdiendo intensidad.
Aunque Rafael ya no representa una amenaza de huracán, los meteorólogos advirtieron sobre la posibilidad de oleaje peligroso y fuertes corrientes de resaca en partes de las costas norte y oeste del Golfo de México, que podrían afectar la seguridad en esas zonas.
Rafael tocó tierra en el oeste de Cuba el pasado miércoles, causando severos daños. Sus intensos vientos y lluvias dejaron a toda la isla sin electricidad, obligaron a la evacuación de cientos de miles de personas y provocaron la destrucción de numerosas viviendas.