El expresidente socialista español, José Luis Rodríguez Zapatero, llegó a Caracas el pasado 26 de julio para participar como observador en las elecciones de Venezuela, las cuales determinarían si Nicolás Maduro continuaría en el poder tras más de una década. Más de diez días han pasado desde la elección, y Zapatero aún no se ha pronunciado sobre los resultados, que según el Consejo Electoral chavista, dieron la victoria a Maduro con el 51.2% de los votos.
El silencio de Zapatero podría deberse a su intento de presionar a los expresidentes del Grupo de Puebla para que no denuncien fraude en Venezuela, según informó el diario digital mexicano La Política Online y ratificó el diario EL MUNDO. El Grupo de Puebla, creado en 2019, reúne a exmandatarios y políticos progresistas de América Latina y Europa. Zapatero acudió a Venezuela como miembro de este grupo para participar como observador en los comicios.
El 30 de julio, Zapatero no respaldó la postura oficial de los observadores del Grupo de Puebla, compuesta por los expresidentes colombianos Ernesto Samper y el dominicano Leonel Fernández, quienes exigieron transparencia al órgano electoral chavista y la publicación de las actas de las elecciones venezolanas. En un comunicado, Samper reclamó “que el Consejo Nacional Electoral (CNE), tal como han sugerido el secretario general de la ONU y el Centro Carter, garantice la transparencia del proceso electoral publicando la totalidad de las actas de escrutinio, desagregadas por centros y mesas de votación.”
El prolongado silencio de José Luis Rodríguez Zapatero respecto a los resultados de las elecciones en Venezuela ha generado especulaciones sobre su posible rol en influir la percepción internacional de los comicios. Mientras otros miembros del Grupo de Puebla han exigido mayor transparencia, la falta de pronunciamiento de Zapatero pone de relieve las tensiones internas dentro del grupo y subraya la complejidad de la situación política en Venezuela.