La historia de México está profundamente ligada a la evolución de sus constituciones y leyes fundamentales. La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, actualmente en vigor, tiene como principal antecedente la Constitución Federal de 1857 y las Leyes de Reforma. Ambas cartas magnas son el pilar de una tradición constitucional liberal y federalista, en la que la rendición de cuentas y la fiscalización de los recursos públicos han sido principios fundamentales.
Antes de la creación de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en el año 2000, la Contaduría Mayor de Hacienda era el órgano encargado de revisar la cuenta pública del gobierno federal y del entonces Distrito Federal (hoy Ciudad de México). Este órgano tenía una historia sólida desde la Constitución liberal de 1857, cuyo artículo 72 otorgaba al Congreso la facultad de aprobar el presupuesto anual y de nombrar y remover a los empleados de la Contaduría Mayor de Hacienda. Este órgano, dependiente del Poder Legislativo, se encargaba de revisar la cuenta pública y de establecer normas y procedimientos de auditoría. Sin embargo, en 1999, se realizaron reformas constitucionales que dieron paso a la ASF, reemplazando a la Contaduría Mayor de Hacienda.
Por otro lado, este 18 de agosto se conmemora un aniversario más de la declaración del Congreso de la Unión en 1873, que otorgó el título de Benemérito de la Patria a Benito Juárez, el ilustre indígena oaxaqueño que presidió México entre 1858 y 1872. Juárez, reconocido como “Benemérito de las Américas” por el Congreso de Colombia en 1865 y como “Benemérito de la América” por el Congreso Dominicano en 1867, dejó un legado político basado en la defensa de los derechos, las libertades y la creación de instituciones. Su figura es un símbolo del liberalismo y la moderación, virtudes que lo destacaron como un funcionario íntegro, comprometido con las mejores causas y alejado de las tentaciones del poder y la avaricia.
El ideario liberal de Juárez sigue siendo un fundamento del proyecto político mexicano, manteniendo vigencia en diversos aspectos de la vida nacional. Los desafíos que enfrenta el país hoy pueden abordarse mediante políticas públicas que aprendan de estas etapas históricas cruciales, especialmente en temas como la rendición de cuentas y la fiscalización superior, principios que la ASF defiende en su labor diaria para fortalecer el Estado de Derecho, la gobernanza y la calidad de la democracia en México.