La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha querido dejar claro que no tuvo responsabilidad directa en la elección de las sedes para el Mundial 2030. Ante las críticas y comentarios surgidos por la ausencia de ciudades como Vigo en la lista final, desde la Federación recuerdan que las decisiones fueron tomadas por un Comité específico e independiente.
Este Comité, encargado de elaborar el informe oficial presentado a FIFA (conocido como Bid Book), estuvo conformado por María Tato, Jorge Mowinckel y Fernando Sanz. Según la RFEF, ellos llevaron a cabo un trabajo de meses que incluyó visitas a las ciudades candidatas, reuniones con autoridades y viajes a los países involucrados en la candidatura conjunta.
El Bid Book se entregó a FIFA en julio de 2024, y fue validado en un acto oficial con la presencia de todos los miembros del Comité. Para entonces, la Federación atravesaba una etapa de transición institucional que culminó en diciembre con la elección de Rafael Louzán como nuevo presidente, seis meses después de que se presentara el proyecto ante FIFA.
Por ello, la actual directiva recalca que no participó en la elaboración ni en las decisiones finales del documento que definió las sedes candidatas. Además, afirman que ni el Consejo Superior de Deportes (CSD) ni la propia RFEF, aunque representados en la Comisión de Normalización que supervisó el proceso, emitieron observaciones sobre las sedes seleccionadas, ya que esa tarea recaía exclusivamente en los integrantes del Comité.
La Federación subraya que ningún miembro del Comité expresó quejas o disconformidades durante el proceso, y por eso invitan a quienes formaron parte de él a aclarar públicamente los criterios aplicados.
En cuanto a la polémica por la ausencia de Vigo, la RFEF reitera que su presidente, Rafael Louzán, ha defendido desde el primer momento tanto antes como después de asumir el cargo que ciudades como Vigo y Valencia merecen ser sedes del Mundial. Esa postura, aseguran, no ha cambiado.
