Recientemente, en México, las reformas aprobadas han suscitado críticas por su aparente concentración de poder, generando preocupaciones entre expertos en derecho constitucional, organizaciones de derechos humanos y organismos internacionales, como la ONU y el Gobierno de Estados Unidos. Varios sectores, incluyendo el financiero mundial, ven en estas reformas indicios de un posible autoritarismo.
El periodista Carlos Loret de Mola, durante su programa en Latinus, advirtió que, aunque México no se encuentra aún en un régimen autoritario, el país parece dirigirse rápidamente en esa dirección. En particular, señaló que la reciente reforma judicial plantea una elección que será controlada por el partido Morena, lo que, según Loret, facilitaría la influencia de este partido sobre jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia.
Loret explicó que esta reforma de “supremacía” va más allá, al reducir significativamente las vías legales de la ciudadanía para oponerse a decisiones gubernamentales que consideren abusivas. “El ciudadano queda indefenso ante los poderosos; esta no es una simple reforma, es un cambio profundo en el equilibrio de poder”, afirmó, aludiendo a cómo la aprobación de esta reforma en el Senado, entre protestas y desacuerdos, avanzó rápidamente hacia la Cámara de Diputados.
Además, sostuvo que el gobierno de Claudia Sheinbaum se estaría “blindando” con un poder que permitiría a sus aliados en el Congreso modificar leyes o incluso la Constitución, sin que existan recursos legales como amparos o acciones de inconstitucionalidad que puedan revertirlos, incluso si se llegara a violar la Constitución o los derechos humanos de la ciudadanía. En sus palabras, la rapidez con la que estas reformas han avanzado es señal de un cambio profundo y delicado para el país.