El inicio de 2025 ha venido acompañado de la tradicional cuesta de enero, que ha obligado a muchas familias mexicanas a empeñar bienes como joyas, relojes y electrodomésticos para cubrir gastos urgentes. Los pagos de tarjetas de crédito, la compra de alimentos, medicinas y los compromisos propios de la temporada, como los regalos de Día de Reyes, destacan entre las principales razones para recurrir al empeño.
Según testimonios recogidos por La Jornada, varios ciudadanos han tenido que sacrificar objetos valiosos para solventar deudas acumuladas. Doña Elisa, por ejemplo, empeñó joyas por 3 mil pesos tras gastar su aguinaldo en cenas navideñas y juguetes. José Andrés, un programador sin empleo reciente, utilizó cadenas y anillos para adquirir medicamentos para su madre. Claudia optó por refrendar su boleta de empeño para no perder alhajas heredadas de su madre, mientras otros entrevistados confesaron haber empeñado electrodomésticos ante el aumento de precios.
El impacto de la inflación se refleja especialmente en productos básicos como la pechuga de pollo (más de 120 pesos por kilo) y cortes finos de res (hasta 250 pesos por kilo), así como en artículos de tiendas de abarrotes como refrescos, galletas y cigarrillos, que registraron aumentos significativos. Alberto Vargas, presidente del Movimiento Nacional del Comercio Social, afirmó que las amas de casa enfrentan un aumento general del 20% en sus compras.
En paralelo, Gerardo Cleto López Becerra, presidente del Consejo para el Desarrollo del Comercio en Pequeño, señaló que los pequeños negocios familiares y las tiendas de abarrotes han sido las más afectadas por la disminución del consumo derivada del alza de precios.
Para enfrentar esta crisis, algunas familias recurren al refrendo de boletas para mantener bienes esenciales mientras priorizan los gastos básicos y buscan promociones para optimizar su presupuesto. La cuesta de enero se perfila como un desafío para las familias mexicanas, quienes deben adaptarse a un panorama económico complicado.