La relación entre México y España, pese a su cercanía histórica y cultural, sigue marcada por malentendidos cíclicos. Un ejemplo reciente es la polémica generada por la carta del expresidente Andrés Manuel López Obrador al Rey de España, solicitando una disculpa por los agravios de la Conquista. Este episodio pone de manifiesto la necesidad de fortalecer el diálogo entre ambos países, más allá de las tensiones políticas.
El intercambio entre artistas, escritores y empresarios de ambas naciones demuestra que la conversación ya existe en diversos sectores. Sin embargo, aún queda trabajo por hacer para consolidar un entendimiento más profundo y continuo. En palabras de un analista cultural: “Lo que hace falta es un intercambio sistemático y continuado que traslade lo que ocurre en el mundo de la cultura a todos los niveles de la sociedad”.
Es fundamental desmitificar visiones estereotipadas. Por un lado, que los españoles del siglo XXI sean percibidos como herederos de Hernán Cortés, y por otro, que los mexicanos sean identificados erróneamente como sudamericanos. Este desconocimiento mutuo refleja la importancia de crear espacios de conversación que permitan abordar las complejidades y la diversidad de ambas culturas.
Eventos como la Feria Internacional del Libro (FIL) ofrecen una plataforma para que escritores y pensadores de ambos países exploren estas cuestiones y fomenten un entendimiento mutuo. La apuesta por el diálogo cultural puede ser clave para construir una relación más equilibrada y fructífera, superando el peso de una historia compartida que, aunque rica y compleja, no debería ser un obstáculo para el presente y el futuro.