La multipropiedad ha sido uno de los problemas más persistentes del fútbol mexicano, especialmente en la Liga MX, a tal grado que fue citada por la FIFA como una de las razones para la exclusión de León del Mundial de Clubes. A pesar de los esfuerzos por erradicar esta práctica, la multipropiedad sigue siendo un tema vigente, con ciertos equipos navegando entre los límites de la legalidad, algo que ha generado controversias a lo largo de los años.
Desde 2012, con la reestructura del fútbol mexicano que dio lugar al nombre de Liga MX, uno de los objetivos principales fue eliminar la multipropiedad. No obstante, la falta de inversionistas y el interés económico de los grupos en cuestión han hecho que esta problemática persista y se maneje con una aparente legitimidad. Enrique Borja, quien tiene vasta experiencia en el tema tanto como jugador, entrenador y directivo, comentó sobre la relación entre lo económico y lo deportivo: “Yo desde que fui directivo dije que el aspecto económico tiene que ir de la mano con lo deportivo, si no hay respaldo económico es muy difícil que compitas. Se necesita el capital para todo. Cuando no tienes los jugadores para competir tienes que formarlos o comprarlos, no puede ir separado el tema económico del tema deportivo y eso te conlleva a veces a la multipropiedad”.
Ricardo Peláez, analista en ESPN y quien conoce bien el entorno del fútbol mexicano, señaló que la falta de acción en este tema ha tenido consecuencias visibles. “Recuerdo que en la época de Enrique Bonilla o Decio de María se estableció que había un plazo para que dejara de existir la multipropiedad y no fue así, como también se habló mucho de ir reduciendo el número de extranjeros, uno por temporada y tampoco ha sido así; son decisiones que se tomaron y no se han ejercido y hoy estamos viviendo las consecuencias de la multipropiedad”. Peláez recordó que en el pasado existieron otros casos polémicos, como el de Televisa con los equipos Necaxa, América, Atlante y San Luis. En esos tiempos, la cadena de televisión cumplió con la venta de varios de esos clubes, quedándose solo con el América.
El caso más reciente ha sido el de Grupo Pachuca, propietario de León y los Tuzos de Pachuca, cuyo conflicto con la multipropiedad fue lo suficientemente grande como para afectar su participación en el Mundial de Clubes, a pesar de haber ganado su lugar por méritos deportivos. De acuerdo con Peláez, este tipo de situaciones han sido comunes en la historia reciente de la Liga MX, y otros grupos como Grupo Orlegi, que posee a Santos y Atlas, también han generado controversia. En particular, la etapa del bicampeonato de Atlas estuvo marcada por la transferencia de jugadores clave de Santos a Atlas, como Julio Furch, Brian Lozano, Hugo Nervo y José Abella.
Otro ejemplo de multipropiedad involucra a Grupo Caliente, propietario de Tijuana, y TV Azteca, que tiene a Mazatlán y Puebla en su poder. Aunque TV Azteca vendió Atlas a Grupo Orlegi en 2013, durante años fue propietario de equipos como Monarcas Morelia, Puebla y Atlas, lo que causó cierta preocupación en la comunidad futbolística. En resumen, la multipropiedad ha sido un tema complicado de resolver para la Liga MX, a pesar de los intentos de regularla. Mientras algunos grupos han seguido sus propios intereses económicos, la falta de medidas firmes para eliminarla por completo ha permitido que continúe existiendo y afecte la competitividad del fútbol mexicano.