El exdiputado provincial argentino Germán Kiczka, del partido libertario Activar, está prófugo de la Justicia desde la semana pasada, acusado de integrar una red internacional de pedofilia.
Se cree que Kiczka, quien fue expulsado de la legislatura de Misiones y perdió sus fueros, podría haber salido del país hacia alguna nación limítrofe. En las últimas horas trascendieron audios que indicarían que el legislador se hospedó en un hotel de la ciudad misionera de Iguazú, cerca de la Triple Frontera con Brasil y Paraguay.
En los mensajes que llegaron a la Justicia, el diputado se dirige a un tal ‘Rami’ para pedirle que prepare “una pieza” en un hotel económico de Iguazú, para pasar “un par de días”.
Frente a ello, este lunes la Policía allanó el hotel Tupa, pero allí desmintieron haberlo recibido en estos días. Según los registros del establecimiento, Kiczka se alojó en una habitación del hotel en enero de este año, informó el medio local El Territorio.
El viernes, el juez de la causa, Miguel Ángel Faría, lo calificó como prófugo luego de que no fuese encontrado en su vivienda durante un allanamiento, y pidió su captura internacional. Mientras la Policía e Interpol buscan al sospechoso y también a su hermano, Sebastián Kiczka, se conocieron más datos estremecedores sobre el perfil de ambos acusados.
Germán Kizcka tenía junto con su hermano un canal de Youtube en el que presentaba shows de magia para niños. El político, que a nivel nacional ha expresado su apoyo al presidente Javier Milei, publicó en 2020 una serie de videos bajo el título ‘El show de magia del tío Germán’.
En total son seis episodios, en los que Kiczka hacía trucos de magia y juegos. En ellos también participan su hermano y su padre, Leonardo, que fueron los primeros en enfrentar cargos como sospechosos de integrar una red de pedofilia internacional.
En uno de los capítulos, Sebastián Kiczka aparece con un oso de peluche, una imagen que podría resultar inocente y hasta tierna para cualquier niño, pero no para la perfiladora criminal Laura Quiñones Urquiza. En diálogo con La Nación, la especialista remarcó que, en el oscuro mundo de los pedófilos, el oso de peluche simboliza atracción sexual por menores de 13 años.