Poblanas y poblanos se encuentran de fiesta y no es para menos, este martes 16 de abril la ciudad se encuentra de manteles largos al cumplirse el aniversario 493 de la Fundación de Puebla.
A lo largo de estos 500 años de su fundación, Puebla ha crecido y evolucionado, pero su esencia ha perdurado en el tiempo, misma que honra a aquellos antepasados.
Puebla de los Ángeles fue fundada un 16 de abril de 1531 en la zona del Alto de San Francisco, en el valle conocido como el Cuetlaxcoapan (lugar donde las víboras cambian de piel), región frontera entre los señoríos indígenas de Cholula, Tlaxcala, Cuauhtinchan, Totimehuacan y Tepeaca, custodiada por los volcanes Popocatépetl, el Iztaccíhuatl y La Malinche, circundado por los ríos de Almoloya (San Francisco), el Atoyac y el Alseseca; se estableció de acuerdo a un proyecto colonizador de la Corona Española, un ensayo de república política, un experimento social para hacer una puebla donde se asentaran los españoles que no tenían tierras y andaban vagando por el territorio novohispano, entendiéndose por hacer una puebla al hecho de poblar, de erigir un asentamiento nuevo.
Esta Puebla antigua, de barrios y colonias populares, ya también choca con la Puebla moderna llena de grandes edificios, de fraccionamientos lujosos, con plazas comerciales de primer nivel.
El proyecto fundacional fue encomendado al licenciado Juan de Salmerón, oidor de la segunda Real Audiencia de la Nueva España y consejero del rey; contó también con la participación del dominico fray Julián Garcés, obispo de Tlaxcala y del franciscano fray Toribio de Benavente (Motolinia). Por su parte, el corregidor de Tlaxcala, Hernando de Saavedra, fue a quien se le encargó la distribución de los solares a los primeros pobladores. No puede dejar de mencionarse que el proyecto tuvo como elemento fundamental el trabajo de los pobladores de las comunidades indígenas aledañas, que proporcionaron la necesaria fuerza de trabajo para las obras de la ciudad y sus vecinos; siendo que a cada uno de estos, se les proporcionó veinte indios para su servicio particular.
Este martes 16 de abril, las y los poblanos deben estar orgullosos de su identidad, de apagar las velitas de una de las ciudades más importantes del país y en pleno crecimiento en todos los aspectos de la vida.
Hoy más que nunca resalta el orgullo de ser poblano, ya que es un sitio reconocido por diversos factores que atraen a propios y extraños. Es una tierra que tiene algo que encanta a quienes, por alguna razón, se fueron o que quieren conocerla por primera vez.
Es así que para sus habitantes son miles las razones que los hace sentir orgullosos de vivir en esta ciudad creada para los españoles, quienes hicieron mestizaje con indígenas de los barrios fundacionales.
Seguramente hay innumerables lugares para sentirse orgullosos de se poblano y aquí te dejamos algunos: el Centro Histórico, obviamente incluyendo su Catedral, su Gastronomía, la Talavera, Iglesias y Templos.
Hoy hay que celebrar la creación de la ciudad, es recordar el legado de los fundadores, el cual permanece actualmente y será enaltecido también por las siguientes generaciones.