Sheinbaum inició su intervención destacando los logros de López Obrador, que incluyeron la salida de la pobreza de 9,5 millones de personas, la reducción de las desigualdades, control de la deuda y fortalecimiento del peso, expansión de los programas sociales, incremento sustantivo del salario mínimo y baja inflación.
A su parecer, esto fue posible porque “cambió el modelo de país”, al reemplazarse “el modelo neoliberal que rigió por más de tres décadas y media por lo que López Obrador bautizó como “humanismo mexicano”, una forma de hacer política que prioriza a los más pobres y que echó abajo los mitos neoliberales sobre la inconveniencia de la intervención del Estado en áreas estratégicas para la nación.
En la misma línea, aludió al hito que representa la llegada de una mujer a la presidencia, así como a los aportes culturales y políticos de la tradición mexicana, a las luchas históricas por la libertad, a las contribuciones de los migrantes y a la biodiversidad del país, todo lo cual, en conjunto con una administración adecuada de la cosa pública, transformaron a México en la 12.ª economía del mundo y en el 8.º destino turístico.
“Vamos a continuar con el humanismo mexicano, con la Cuarta Transformación”, prometió Sheinbaum ante un auditorio exultante. Para precisar de qué hablaba, puntualizó que su Gobierno se basará en los principios de prosperidad compartida, combate a la corrupción, democracia volcada hacia el pueblo, amplias libertades civiles, cuidado del ambiente y los recursos naturales, igualdad de las mujeres, defensa de la libertad, independencia y soberanía del país; política basada en el amor y condena al racismo, el clasismo y cualquier forma de discriminación.
Del mismo modo, recalcó que habrá respeto estricto a los derechos humanos y a la diversidad religiosa, política, social, cultural y sexual de la sociedad, y apuntó que su política exterior se soportará en los principios constitucionales de autodeterminación de los pueblos, no intervención y solución pacífica de conflictos.
En cuanto a la economía, se comprometió a mantener la independencia del Banco Central, a promover la inversión pública, a mantener una proporción “razonable” entre la deuda externa y el Producto Interno Bruto, a ofrecer garantías para los inversionistas y a aprovechar el tratado T-MEC con EE.UU. y Canadá para promover la relocalización de empresas, en interés de fomentar el “desarrollo regional”.
Aseguró asimismo que se mantendrán los precios de la gasolina, el gas y la electricidad, y que su equipo trabajará junto a los empresarios para generar una lista de “precios concertados” de los productos que conforman la canasta básica.
En relación con la política de seguridad, informó que se basará en la que implementó cuando sirvió como jefa de Gobierno de la Ciudad de México, que está orientada a la “disminución de los delitos de amplio impacto” y se sustenta en la atención a las causas, inteligencia e investigación, fortalecimiento de la Guardia Nacional y coordinación con el Ministerio Público para atacar la impunidad.
Bajo la premisa de “la salud y la educación son derechos del pueblo de México, no son mercancías”, Sheinbaum afirmó que todos los niños, niñas y adolescentes que asistan a escuelas públicas recibirán una beca, que incrementará el número de preparatorias y universidades y que ampliará la cobertura del sistema sanitario, con la puesta en marcha de un plan médico preventivo dirigido a adultos mayores.
Sobre los programas de bienestar implementados durante el sexenio anterior, aseveró que se mantendrán todos, que los incrementos anuales superarán la tasa de inflación reportada y que se les otorgará rango constitucional, para que no sufran recortes o cancelaciones en el futuro.
A esto sumó pensiones universales para adultos mayores y personas con discapacidad, así como un aporte “bimensual” dirigido a las mujeres de entre 60 y 64 años, en reconocimiento a su trabajo. Asimismo, el aumento del salario mínimo hasta alcanzar 2,5 canastas básicas, la construcción de un millón de nuevas viviendas y créditos para la mejora de viviendas.
Aunque no ahondó sobre sus planes específicos en política exterior, sí aludió al “fortalecimiento de las relaciones con los países de América Latina y el Caribe”, sin menoscabo de las que pudieran desplegarse “con diferentes regiones y países del mundo”.
Con respecto al sector energético, comunicó que en fecha próxima presentará el Plan Nacional de Energía, cuyo objetivo es trazar una hoja de ruta para la transición hacia fuentes renovables con miras a disminuir los gases de efecto invernadero. En concordancia con esto, anunció que la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) limitará su producción a 1,8 millones de barriles diarios, que serán utilizados para satisfacer la demanda interna.
Destacó que se mantendrá el “Estado de derecho” y descartó cualquier politización del Poder Judicial, al valorar que la recientemente aprobada reforma judicial “significa más autonomía e independencia”, en tanto que los ciudadanos podrán elegir a sus integrantes entre un universo de personas que cumplan los requisitos establecidos.
Sheinbaum cerró su discurso reiterando que “es tiempo de transformación y tiempo de mujeres”. “Soy madre, abuela, científica y mujer de fe. Y, a partir de hoy, por voluntad del pueblo de México, la presidenta constitucional de los Estados Unidos Mexicanos”, sostuvo, tras lo cual indicó que gobernará “para todos y para todas”, y que pondrá su “conocimiento”, su “fuerza”, su “historia” y su “vida misma al servicio de la patria”.