En el marco del Día del Niño y la Niña, Juan Martín Pérez García, coordinador regional de Tejiendo Redes Infancia, advirtió que el reclutamiento forzado de niñas, niños, adolescentes y jóvenes por parte del crimen organizado representa una deuda pendiente del Estado mexicano.
Esto, al no garantizar la protección de sus derechos fundamentales ni atender las recomendaciones internacionales en la materia.
“Desde hace dos décadas, este crimen se ha extendido en el país en el contexto de la guerra contra el crimen organizado”, sostuvo Pérez García, quien subrayó que los conflictos armados obligan a la niñez a vivir en condiciones de violencia y desplazamiento, despojándolos de su infancia y de sus derechos básicos.
Según estimaciones de Tejiendo Redes Infancia, los cárteles de narcotráfico reclutan anualmente entre 35 mil y 45 mil niñas, niños y adolescentes.
“Les ofrecen promesas de dinero rápido y protección, lo que los lleva a integrarse a estos grupos criminales”, explicó el coordinador regional mediante un comunicado.
Pérez García alertó que este crimen internacional provoca “un trágico efecto dominó en el que las víctimas se convierten en perpetradoras” y lamentó que actualmente no existan cifras oficiales sobre el reclutamiento de menores de edad en México.
Detalló que las tareas asignadas a niñas y niños van desde funciones de mensajería y vigilancia como “halcones“, hasta la participación en actividades como tráfico y venta de drogas, robo, extorsión y homicidio.
En ese sentido, señaló que “estas actividades delictivas deben ser tipificadas legalmente“, ya que su reconocimiento en el marco jurídico “permitiría sentar las bases para una política pública estructural que enfrente este crimen”.
Además de contabilizar las carpetas de investigación y los perfiles de los casos, visibilizando la magnitud real del problema.
Recordó que en 2021, Tejiendo Redes Infancia presentó un estudio sustentado en datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el cual identificó el perfil de la niñez más vulnerable en zonas con altos índices de homicidio y violencia.
“Este perfil incluye la desvinculación del sistema educativo, antecedentes familiares de encarcelamiento o consumo de drogas, y exposición a ambientes de violencia intrafamiliar grave”, explicó.