El 31 de octubre, la sesión en el Senado mexicano se tornó polémica cuando el presidente de la Mesa Directiva, Gerardo Fernández Noroña, y el líder del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro ‘Alito’ Moreno, se enfrascaron en una acalorada discusión. La controversia surgió en el contexto de la aprobación de la reforma de la “supremacía constitucional”, en la que Fernández Noroña instruyó al área jurídica del Senado a solicitar que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) desestime cualquier recurso contra la reforma judicial y otras enmiendas constitucionales.
Durante la sesión, Fernández Noroña enfatizó que nadie debe estar por encima de la Constitución y solicitó el cumplimiento de los artículos 105 y 107, recientemente reformados. Sin embargo, el líder priista, insatisfecho con la falta de debate, se acercó a la Mesa Directiva para reclamar la falta de espacio para la discusión. En respuesta, Fernández Noroña pidió a Moreno que regresara a su curul y mantuviera respeto a la presidencia, pero el intercambio rápidamente escaló en tono.
La intervención de senadoras de Morena, como Lucía Trasviña Waldenrath, ayudó a apaciguar los ánimos. Finalmente, “Alito” Moreno subió a tribuna, criticando la falta de apertura al debate y aludiendo a la historia del PRI dentro del Senado. Este enfrentamiento refleja las tensiones políticas en el país respecto a reformas clave en el sistema judicial y constitucional.