No es cierto que la UE suspendiera la venta de la vacuna anticovid de AstraZeneca por causar trombosis, posible efecto secundario que se conoce desde 2021
La Unión Europea (UE) no prohibió la vacuna contra COVID-19 de AstraZeneca porque sea perjudicial para la salud, como aseguran diversas publicaciones en redes sociales a raíz de que la Comisión Europea retirara la autorización a este fármaco a petición de la propia farmacéutica, que alegó motivos comerciales.
Publicaciones en redes sociales (Instagram, Facebook y X) aseguran que la UE ha prohibido la venta de la vacuna contra COVID-19 de AstraZeneca a razón de que la compañía supuestamente admitiera por primera vez que el fármaco provoca trombosis.
HECHOS: La Comisión Europea retiró la autorización a la vacuna contra COVID-19 de AstraZeneca tras así solicitarlo la farmacéutica en marzo por “motivos comerciales” y no porque esta haya admitido que puede provocar trombosis, un efecto secundario muy raro que está indicado en el prospecto del fármaco desde 2021.
La Comisión Europea notificó el pasado 27 de marzo que, a petición de AstraZeneca, retira la autorización de comercialización del medicamento a partir del 7 de mayo.
En aquella comunicación, el Ejecutivo comunitario no hizo referencia a que la decisión estuviera relacionada con los posibles efectos secundarios de la inyección, la tercera en recibir el visto bueno de los reguladores europeos, después de las elaboradas por Pfizer/BioNTech y Moderna.
Por su parte, la farmacéutica británica, que solicitó la retirada el pasado 5 de marzo, justificó esta decisión en la falta de demanda y por el excedente de vacunas contra COVID-19 que existe en el mercado.
“Dado que se han desarrollado múltiples vacunas actualizadas para variantes de COVID-19, ahora hay un excedente de vacunas disponibles. Esto ha provocado una disminución en la demanda de Vaxzervria, que ya no se fabrica ni suministra”, señala en la nota.
Días antes de que la vacuna se dejara de comercializar en el mercado europeo, el diario británico The Telegraph publicó que AstraZeneca había admitido “por primera vez”, en una comunicación al Tribunal Superior de Reino Unido, que su vacuna puede causar trombosis en “casos muy raros”.
La proximidad temporal de ambas informaciones ha suscitado la circulación de mensajes que afirman que la retirada responde a este posible efecto secundario, a pesar de que ya se especifica en el prospecto de la vacuna desde 2021.
En abril de ese año la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) encontró un posible vínculo entre las inoculaciones de AstraZeneca y casos “inusuales” de “coágulos de sangre con plaquetas bajas” tras un análisis de 62 casos.
Desde entonces, el prospecto de esta inyección incluye como “efecto muy raro” (1 de cada 10 mil casos) la formación de “coágulos de sangre a menudo en lugares inusuales”, mientras que la EMA determinó que “los beneficios generales de la vacuna para prevenir el COVID-19 superan los riesgos de los efectos secundarios”.
En todo caso, su retirada se debe principalmente a que la vacuna “no tenía demanda ni estaba en uso”, según explica a EFE Verifica, Jaime Pérez, miembro de la junta directiva de la Asociación Española de Vacunología (AEV).
Por su parte, Raúl Ortiz de Lejarazu, microbiólogo y director emérito del Centro Nacional de Influenza, señala que el riesgo de trombosis es algo que existió “con todas las vacunas basadas en vectores de Adenovirus frente a la covid”, como la producida por Jansen.
Sin embargo, al conocerse esta posibilidad “muchos países, España entre ellos, suspendieron su administración”, de ahí la baja demanda de esta inyección, señala.
En definitiva, no es cierto que la UE haya suspendido la venta de la vacuna contra la COVID-19 de AstraZeneca por causar trombosis, un posible efecto secundario que se conoce desde 2021 y que no tiene relación con la retirada de este fármaco.